lunes, 30 de diciembre de 2013

#16. Mentiras

Desde pequeños nos enseñan que mentir está mal, y por lo tanto, no hay que mentir a los demás. Sin embargo, nadie nos dice "no hay que mentirse a uno mismo", se da por supuesto que no hay que hacerlo.
Pero un día te encuentras diciéndote a ti mismo/a que las cosas que ocurren es por una cosa determinada que, posiblemente, no sea la causa real, sino algo que te dices para sentirte mejor. A eso se le llama reducir la disonancia cognitiva, darte razones para aceptar, o mejor dicho justificar, un hecho, que puede haber sido realizado por ti o por otros. Sí, posiblemente ya te estés mintiendo.
El problema no es que te mientas una vez, sino que esa ocasión será el detonante para que las mentiras se conviertan en tu forma de justificación, hasta que un día ya no sepas qué es real y qué ha sido inventado por tu mente para que que todo esté bien.

lunes, 3 de junio de 2013

#15. Gregor Samsa


Lo maravilloso de "La metamorfosis" de Kafka es la naturalidad con la que ocurren los hechos, al igual que en el realismo mágico. Despertarte un día convertido en un insecto es algo normal, por lo que tu familia, que te quiere con locura, te acepta y te cuida, hasta que un día se percatan de que eso no es lo usual y te van dejando morir; finalmente, cuando desapareces, es una liberación para ellos, ya no se tienen que encargar del bicho en el que te habías convertido y que dificultaba sus vidas.

Gregor Samsa, mi querido Gregor Samsa, representa la metáfora del cambio, ese cambio que determina un punto de inflexión; ahora bien, no hay que tomarlo como una crisis, pues ese cambio sólo tiene un camino a seguir: La propia destrucción.
Cuando te conviertes en Gregor Samsa, al igual que él en el libro, quieres seguir con todo como si no pasara nada, esperando que se acabe en algún momento. Aquellos que están a tu alrededor se esfuerzan en ayudarte, compartiendo tu deseo de vuelta a la normalidad, pues llega un momento en el que tanto ellos como tú mismo os dais cuenta que eso no es lo normal. Si has leído el libro, esperas que de un momento a otro te tiren una fruta determinando el instante en el que ya nada tenga solución porque estás solo y tienes la certeza de que morirás solo. 
Este es un punto de no retorno del que todos intentamos huir pero que sabemos que terminará llegando, pero que, por desgracia, no se manifiesta de una forma tan clara como es una fruta clavada en tu espalda. Cuando llega, lo hace de una manera silenciosa, y antes de que te des cuenta, ya no hay anda que hacer.

martes, 21 de mayo de 2013

#14. Nuestro propio infierno





Todos tenemos nuestro pequeño infierno que nos atormenta día a día pero que sólo sufrimos nosotros
Muestra tu máscara al mundo, en ningún momento tus fantasmas





domingo, 28 de abril de 2013

#13. La verdad duele

La vida puede cambiar en un segundo. 

Te dicen que hay algo que no saben como decirte. Tú vas directamente a la respuesta, pero te repites que, seguramente no es eso; aún así, el corazón se te para, la temperatura de tu cuerpo se congela, y seguidamente vuelve a latir con tanto fuerza que crees que no podrás soportarlo. Y te dicen lo que realmente estabas pensado.

En tu cabeza pasa todo tipo de ideas, y lo niegas una y otra vez. Entras en shock y no crees que sea verdad lo que te dicen; incluso cuando lo vas aceptando no lo crees y esperas que te digan "Era una broma" o "Era una prueba" o cualquiera de esas cosas. Pero no, es verdad, te están diciendo algo que te duele de verdad.

No sabes qué hacer. (Aún no sé qué hacer.) Sólo te viene a la cabeza ser fuerte, luchar por lo que se tiene y se tuvo, pero ni siquiera puedes asegurar que eso vaya a funcionar.

Solo el tiempo lo dirá.