lunes, 3 de junio de 2013

#15. Gregor Samsa


Lo maravilloso de "La metamorfosis" de Kafka es la naturalidad con la que ocurren los hechos, al igual que en el realismo mágico. Despertarte un día convertido en un insecto es algo normal, por lo que tu familia, que te quiere con locura, te acepta y te cuida, hasta que un día se percatan de que eso no es lo usual y te van dejando morir; finalmente, cuando desapareces, es una liberación para ellos, ya no se tienen que encargar del bicho en el que te habías convertido y que dificultaba sus vidas.

Gregor Samsa, mi querido Gregor Samsa, representa la metáfora del cambio, ese cambio que determina un punto de inflexión; ahora bien, no hay que tomarlo como una crisis, pues ese cambio sólo tiene un camino a seguir: La propia destrucción.
Cuando te conviertes en Gregor Samsa, al igual que él en el libro, quieres seguir con todo como si no pasara nada, esperando que se acabe en algún momento. Aquellos que están a tu alrededor se esfuerzan en ayudarte, compartiendo tu deseo de vuelta a la normalidad, pues llega un momento en el que tanto ellos como tú mismo os dais cuenta que eso no es lo normal. Si has leído el libro, esperas que de un momento a otro te tiren una fruta determinando el instante en el que ya nada tenga solución porque estás solo y tienes la certeza de que morirás solo. 
Este es un punto de no retorno del que todos intentamos huir pero que sabemos que terminará llegando, pero que, por desgracia, no se manifiesta de una forma tan clara como es una fruta clavada en tu espalda. Cuando llega, lo hace de una manera silenciosa, y antes de que te des cuenta, ya no hay anda que hacer.